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DAVID del BOSQUE > EL REVISIONISMO ABSTRACTO Y EL REALISMO COMO ELEMENTOS DE INTERVENCIÓN CREATIVA.
por Luís Gracia Martínez. Catálogo DdB de Galería Evelio Gayubo, 2005 David del Bosque Vega, nace en Valladolid en 1976 y, por tanto, pertenece, por derecho propio, al grupo de nuevos jóvenes creadores de Castilla y León, que han surgido de la ya emblemática Facultad de Bellas Artes de Salamanca. En estos momentos, uno de los centros más importantes y que más ha potenciado la actual renovación de la creación artística de nuestra Comunidad Autónoma. A pesar de su juventud, su currículum presenta una amplia trayectoria que ha venido desarrollando en los últimos nueve años; así lo avalan algo más de treinta exposiciones colectivas, siete individuales; también ha sido seleccionado en diferentes concursos y cuenta con varios premios, entre los que destaca el Primer Premio de Escultura “Premios San Marcos” en la convocatoria de 2000. Su trabajo se desarrolla en el ámbito de la pintura, escultura e incluso, en algunas propuestas, plantea cierto tratamiento vinculado al concepto de instalación, al dotar al espacio circundante de un claro protagonismo, vertiente que ya había planteado con el colectivo “Anel-Cuenllas-Morrondo”, en el año 2000, en una instalación realizada en la Facultad de Geografía e Historia de Salamanca. Su obra toma como punto de partida y base fundamental la geometría, siendo ésta la clave para desarrollar toda una serie amplia de proyectos artísticos que se vinculan, de forma muy evidente, a las posiciones revisionistas del lenguaje abstracto más riguroso y postminimalista. Con relación a su pintura, se sitúa justamente en un territorio de oposición directa al sentido tradicional de lo pictórico. Es lo que se podría denominar una pintura sin pintura, cuestión que ha desarrollado ampliamente Javier Hernando Carrasco. La simulación, como aportación fundamental, desaparece para concretarse en realidad, materia y forma, dotando el artista de gran importancia y potenciando, al mismo tiempo, las características esenciales del material que utiliza para generar sus obras. El componente matérico, con sus aspectos formales, se convierte, de esta forma, en protagonista clave, siendo esencialmente realistas sus propuestas de trabajo. Los diferentes materiales que emplea de tipo estandarizado y comercial, los manipula manteniendo su aspecto industrial y simplemente los articula y combina sobre el plano para crear ordenaciones de gran limpieza y asepsia. Su obra tiene como punto de partida esencial, la utilización de una serie de módulos; en el caso de la pintura, es el cuadrado, elemento básico que será sometido a diferentes tensiones y deformaciones, pero que siempre alcanza el máximo protagonismo. El concepto de cuadro ventana o marco ventana, se mantiene en estas piezas, pero el plano pictórico se ve sometido a una serie de tensiones muy intensas como consecuencia de la potenciación del sentido espacialista, aéreo e incluso atmosférico con que se dota a la composición por medio de la intensificación de las interrelaciones geométricas y del efecto espejo o reflejo de la imagen. Aspecto este último de gran interés, puesto que recupera una amplia tradición de la pintura europea al situar concretamente al espectador en un punto del espacio, incorporándole y haciéndole protagonista de la obra, convirtiéndose, en cierto modo, en un escenario que se complementa con diferentes componentes, dotando así a la obra de un factor aleatorio que hace que la misma cambie totalmente al estar expuesta en varios espacios y ser observada por diferentes espectadores. El ingrediente procesual y transformador es esencial en la obra, alcanzando una multiplicidad apariencial según el momento. En sus obras, también, tiene gran interés esa cierta influencia del arte cinético y de Op Art, cuando utiliza esos guiños simuladores del cuadrado, provocando una permanente tensión en la construcción visual de la forma geométrica y su deformación. La frialdad visual, la seriación de la unidad mínima y la esencialidad son las claves de unas piezas en las cuales no deja de estar presente una intensa simbología, tanto cromática como espiritual en referencia al yo y a la imagen. Con relación a sus intervenciones o realizaciones volumétricas, podríamos diferenciar entre aquellas piezas que son plenas y, al mismo tiempo, cerradas en su configuración formal, que parten nuevamente y en conexión directa con su lenguaje pictórico, de la utilización de unidades básicas y mínimas de tipo geométrico como el cuadrado o el cilindro, que, en algunas ocasiones, como es el caso de una pieza de suelo que se presenta en esta muestra, partiendo de un elemento marco y contenedor, genera una forma globular por la alteración del plano de chapa de acero inoxidable, dotando de cierto sentido organico la composición, o aquellas otras que, por desarrollo y combinación de este módulo, generan formas cúbicas o paralelepípedas, partiendo de una formalización muy sencilla en su concepción. Un especial sentido aportan a su trabajo varias esculturas que utilizan la articulación del elemento cilíndrico o curvo con el plano, obras que emplean el acero inoxidable para su conformación y que parten de la utilización de una intensa estructuración geométrica que se ve totalmente trasformada por la interacción del reflejo de diferentes imágenes proyectadas, correspondientes al espacio donde se ubica la obra. El diálogo de las formas nítidas, puras y limpias, con las deformadas y tensionadas, crea una sensación de constante cambio en la percepción de la ordenación volumétrica, siendo sometida ésta a una permanente transformación y tensión espacial y volumétrica. Por otro lado, propone piezas más abiertas que pretenden aproximarnos al mundo de la ordenación espacial de elementos modulares sobre el suelo, incorporándolas a éste como parte esencial de la obra y alcanzando un territorio de amplia tradición en la escultura del siglo XX. Nos recuerda, en cierto modo, algunas piezas del minimalista Carl André y el territorio amplio de las instalaciones. La unidad cuadrada y de color dorado, como expresión mínima del volumen, se repite y se ordena sobre le suelo de forma lineal y apilada, creando un intenso ritmo secuencial de planos. Sin duda, en esta muestra que se presenta en la sala de exposición de uno de los galeristas que más ha apostado por el arte emergente de la Comunidad de Castilla y León en los últimos años, podemos reencontrarnos con un joven creador que se enfrenta al futuro en los inicios de este siglo XXI, con unas aportaciones de gran interés, pero partiendo del sedimento y bagaje enriquecedor que aporta el pasado.